
Todos los años, por gracia de Dios, podemos celebrar esta hermosa fiesta, en la que llevamos en procesión a Nuestro Señor Jesucristo Sacramentado expuesto en la custodia.
En distintos lugares del monasterio armamos altares, que juntamente con el altar principal de la iglesia, miran a los cuatro puntos cardinales y desde allí se imparte la bendición a todo el pueblo.
<<Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo».>>
Jn 6,51
Unámonos en esta festividad a Nuestro Señor que sale a nuestro encuentro para recordarnos que sólo en Dios tiene que estar nuestra esperanza.
Que Dios los bendiga.
Que tu Presencia nos lleve a Amar, Agradecer e Imitar.
Un gran abrazo a cada uno. Han hecho un HERMOSO TRABAJO.
Unidos.
Rafael Cirilo y Marina, T.O. Tenerife.
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