¡Feliz Jornada «Pro Orantibus»!

En este día por los contemplativos, les queremos compartir un vídeo que hicieron en nuestra casa de formación monástica, el monasterio Nuestra Señora Del Pueyo, en Barbastro (Huesca).

También les dejamos para que lean un saludo y reflexión que nos han enviado.

Solemnidad de la Santísima Trinidad
Jornada de oración por los monjes del Instituto

En una época marcada por una preocupante ‘cultura del vacío’ y por existencias ‘sin sentido’ los contemplativos del Instituto del Verbo Encarnado, con su vocación y género de vida, están llamados a anunciar sin componendas al Dios Trino, al Dios que es todo y que debe ser todo en todos[1].

En efecto, nuestra identidad vocacional, que en el primer párrafo de nuestras Constituciones nos reconoce convocados para “gloria de la Trinidad Santísima” y quiere hacer de nosotros “una huella concreta que la Trinidad deja en la historia”[2] exige de todos nosotros – y en especial de los monjes – que “toda nuestra vida lleve la impronta trinitaria, que es el máximo misterio de Dios, es plenitud del hombre y es ‘la sustancia del Nuevo Testamento’” [3] . Pues de la contemplación del misterio trinitario, fuente inagotable de amor, brota el ímpetu misionero que los constituye en colaboradores activos de la labor evangelizadora del Instituto, y hace de sus vidas una prolongación de la acción redentora de Cristo.

Pues al mirar los vastos horizontes de la nueva evangelización, destaca con fuerza la urgencia de proclamar y testimoniar el mensaje evangélico a todos, indistintamente. Y por eso, la solicitud por el prójimo de parte de cada uno de los monjes del Instituto debe extender su horizonte al mundo entero. ¡Cuántas personas esperan aún conocer a Jesús y su Evangelio! Es urgente la misión e indispensable la aportación de cada uno. Esa aportación requiere el apoyo de una oración incesante y fervorosa. Sólo así se puede ser capaz de indicar a los demás el camino para encontrar a Cristo y seguirlo fielmente. Por lo tanto, sepan que si en todo tiempo la oración y oblación contemplativa han sido necesarias para la inculturación del evangelio, en estos tiempos resulta prácticamente decisiva.

A todos nuestros queridos monjes del Verbo Encarnado que con la oración, con los sacrificios escondidos y con la penitencia son colaboradores activos de la misión evangelizadora del Instituto, vaya nuestra más profunda gratitud. “Seguid cultivando el espíritu misionero, conscientes de que entre un contemplativo que reza y sufre y un misionero que predica hay una profunda afinidad en el orden de la gracia”[4].

Que la Virgen María, Tabernáculo de la Santísima Trinidad, los acompañe siempre y obtenga de su Divino Hijo abundantes gracias y consuelos espirituales para cada miembro de la rama contemplativa del Instituto.

¡Muy feliz día para todos los monjes del Instituto!

[1] Cf. Directorio de Vida Contemplativa, 3.
[2] Constituciones, 254.257.
[3] Directorio de Espiritualidad, 9.
[4] Cf. San Juan Pablo II, A las religiosas contemplativas de América Latina con motivo del V Centenario de la Evangelización, (12/12/1989).

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