
Del canal Voz Católica nos compartieron lo siguiente:
El alma de fe, que conoce el secreto de Dios, permanece absolutamente en paz, y todo lo que le pasa, en lugar de alarmarle, acrecienta su seguridad, pues está íntimamente persuadida de que es Dios quien la conduce. Por eso lo recibe todo como una gracia, y vive olvidada de sí misma, dejándole trabajar a Dios en ella, sin pensar más que en la obra que Él le ha encomendado, que es amarle sin cesar y cumplir con fidelidad y exactitud sus obligaciones.
La fe es la antorcha del tiempo, y ella sola alcanza la verdad invisible, toca lo impalpable, ve todo este mundo como si no existiese, pues ve algo muy distinto de lo que es aparente. La fe es la llave de los tesoros, la llave del abismo [Apoc 9,1] y de la ciencia de Dios [Lc 11,52]
Con María, caminamos diariamente, en la Oscuridad y Luz de la Fé, confiados en el Encuentro.
Un gran abrazo a cada uno.
Rafael Cirilo y Marina, T.O. Tenerife.
Me gustaMe gusta