Queridos amigos del monasterio hoy, 9 de agosto recordamos a:

Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) virgen, mártir y patrona de Europa, Santa Otilia y una reflexión de San Bernardo de Claraval
Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), virgen, mártir y patrona de Europa.
Dice en el Martirologio Romano:
Fiesta de santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith) Stein, virgen de la Orden de Carmelitas Descalzas y mártir, la cual, nacida y educada en la religión judía, después de haber enseñado filosofía durante algunos años entre grandes dificultades, recibió por el bautismo la nueva vida en Cristo, prosiguiéndola bajo el velo de las vírgenes consagradas hasta que, en tiempo de un régimen hostil a la dignidad del hombre y de la fe, fue encarcelada lejos de su patria, y en el campo de exterminio de Auschwitz, cercano a Cracovia, en Polonia, murió en la cámara de gas. (+1942)
Oración Colecta de la Misa:
Dios de nuestros padres, que guiaste a la mártir santa Teresa Benedicta en el conocimiento de tu Hijo crucificado, imitándole incluso en la muerte, concédenos por su intercesión que todos los hombres reconozcan a Cristo Salvador y, por medio de él, puedan contemplarte para siempre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Santa Otilia
Dice en el Martirologio Romano:
En Estrasburgo, de Burgundia (hoy Alsacia), santa Otilia, virgen y primera abadesa del monasterio de Hohenburg, fundado por el duque Aldarico, su padre.
Pueden leer más de ella aquí: https://www.es.catholic.net/op/articulos/35271/odilia-u-otilia-santa.html
Reflexión de San Bernardo de Claraval

No debemos entregarnos a la oración esporádicamente, sino con frecuencia y asiduidad, explayando ante Dios los deseos de nuestro corazón; y en determinados momentos servirnos de la expresión de los labios. De aquí que Pablo escriba en otro pasaje: Presentad ante Dios vuestras peticiones. Esto se verifica en la insistencia y asiduidad en la
oración, unas veces dirigida a él, otras a su Madre gloriosa, y en ocasiones a los santos, de tal forma que se les obligue a
decir: Atiéndele, que viene detrás gritando.
San Bernardo
Pidámosle a la Santísima Virgen María que estos ejemplos nos animen a gustar y vivir con plenitud la Vida de la Gracia.
Que Dios los bendiga.







